Es hermoso encontrarse con personas que ponen su alma en lo que hacen y que lo viven como una forma de expresión de lo que son en el mundo, de autorrealización.
Porque el trabajo como mera forma de supervivencia es algo demasiado pobre y nos mantiene en una especie de esclavitud.
Para muchas personas eso no es suficiente, ven la importancia de hacer algo que les llene y que les permita dar lo mejor de sí mismos.
Cuando eso se da, hay pasión en lo que se hace y esa pasión se transmite a los demás, se contagia y les llega el amor y la fuerza que ponemos en todo aquello que hacemos.
En el camino consciente de evolución es importante tener claro que es esencial tanto lo que hacemos como el modo, consciente y amoroso, como lo hacemos.
Y eso porque supone la materialización concreta, en este mundo en que vivimos, del espíritu intangible que somos.
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