Una de las cosas de las que me doy cuenta es que disfruto usando el humor con la gente, me encanta reír con ellos.
Eso me permite una complicidad y cercanía incluso con personas a las que no conozco de nada y que el azar de la vida nos hizo cruzarnos por un instante.
Es hermoso ver como ahí podemos soltarnos y relajarnos un poco más, nos ayuda a salirnos de nuestro papel y a reírnos de él.
Y esto es bien hermoso cuando estás de viaje y necesitas esa cercanía con los demás, compartir con ellos.
El humor permite, en muchas ocasiones, acercarnos a grandes verdades de una forma más dulce y amorosa, exenta de dramatismos inútiles.
Puede haber tanto amor en el humor...
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