El poder interior se manifiesta de dentro hacia fuera y sus efectos son perceptibles en los demás.
Lo que ha existido en la historia de la humanidad es, sobre todo, el poder desde fuera hacia dentro, mediante la coacción o la manipulación. Un poder sobre los demás a fin de conseguir algo que queríamos de ellos.
Pero ese poder no es sino un falso poder. El poder auténtico nace del interior y no quita nada a los demás sino que aporta lo que emanamos de forma natural cuando estamos conectados a nuestro centro.
Y para ver cual es el poder que usamos no tenemos sino que observar cómo nos encontramos y lo que aportamos en el entorno en el que estemos.
Si nos encontramos bien, serenos y con energía, y si los demás se sienten mejor con nuestra mera presencia, es que estamos conectados con nuestro centro.
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