viernes, 28 de abril de 2017

LA BELLEZA DEL CORAZÓN EN NUESTRAS RELACIONES CON LOS DEMÁS


En las relaciones humanas solemos combinar el miedo al otro y a que me engañe, con la necesidad de amarlo y de ser amado.

Y eso se produce porque venimos de una concepción dual en la que uno es el que gana y otro es el que pierde. Y porque aún jugamos en la necesidad de obtener algo del otro.

Así, en el otro y en mí, aun existen esas dos necesidades y mientras no las trascendamos hemos de decidir donde ponemos nuestra atención, si en aquello que el otro espera obtener o en ese deseo de acercamiento y de unión que el otro también tiene.

No hay que ser ingenuo, pero siempre hay que apostar por ver, ante todo, la belleza en el corazon del otro.

Para así poder ir comprendiendo que las necesidades del otro y las mías en realidad son las mismas, y que si el otro pierde, yo pierdo y que si el otro gana, yo también gano.

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