Al parecer nunca ha habido tantos casos de depresión y de neurosis, y es un momento en el que la mayoría de nosotros vivimos circunstancias duras y dramáticas.
Muchos piensan que, en esta situación, los que sentimos este tiempo como un tiempo de oportunidad especial y creemos en la necesidad de conectar con nuestro interior no estamos sino huyendo de esa realidad.
Y nada más lejos de eso. Precisamente, de lo que nos hacemos conscientes es de que el cambio no es ya una cuestión de voluntad bienintencionada, sino una pura cuestión de supervivencia.
Y no sólo una cuestión de supervivencia colectiva, sino sobre todo una cuestión de supervivencia individual. O asumimos la responsabilidad de nuestra vida, o la vida nos arrastra. Ya no es posible seguir el juego de mirar hacia otro lado.
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