Hay quien piensa que desplegar nuestro potencial y descubrir nuestro auténtico valor puede hacer crecer nuestro ego de una forma desproporcionada y negativa para nuestra evolución.
No lo veo así, normalmente el ego es una máscara adornada de lo que somos porque no nos atrevemos a vemos y a mostrarnos tal cual somos.
Una persona con una sana autoestima no necesita sentirse más especial o superior que otros, cuando esto sucede es porque existe un narcisismo infantil no sanado, una necesidad de reconocimiento aún pendiente de sanación.
La sana autoestima no necesita demostrar nada a nadie y el disfrute viene por el puro despliegue del potencial interno, de sus aptitudes, por la realización de lo que uno es.
Y la valoración de uno mismo simplemente se siente como un estado de comodidad con uno mismo, como una tranquilidad interna de ser, también y sin más, lo que uno ya es.