Los límites de lo posible nos los ponemos nosotros. Es uno mismo quien decide qué es lo posible y lo imposible para él.
Y esto está asociado a nuestro nivel de autoestima. Mientras más bajo sea ese nivel, mas limitados nos vemos, y mientras más elevado, mas capaces nos vemos para hacer cosas.
Cada cual viene de donde viene, pero no forzosamente hemos de quedarnos ahí, podemos aprender a trascender nuestros propios límites.
Se trata de ir trabajando esa autoestima y de ir eliminando obstáculos y creencias que nos dificultan el desplegar nuestras alas.
Permitirnos probar y abrir nuestra mente a todas las posibilidades. Permitirnos crecer y florecer desde una reconciliación profunda con nosotros mismos.
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