jueves, 22 de febrero de 2018

SACARNOS DE LA ZONA DE CONFORT.



Una tendencia natural en la mayoría de los seres humanos es aferrarnos a nuestra zona de confort y resistirnos a los cambios, y nos encontramos en un tiempo de enormes cambios que no tienen ya posible vuelta atrás. ¿Cómo puede cuadrarse esa ecuación?

Cuando ambas cosas se dan son inevitables situaciones vitales duras o muy duras que nos obliguen y nos fuercen a salir de esa zona de confort. 

Ya ha pasado el tiempo de los avisos y las llamadas suaves, y las situaciones vitales con las que nos estamos encontrando pueden llegar a ser extraordinariamente intensas, tanto en nuestra vida, como en la de aquellos que nos rodean.

De lo que se trata ahora es de conectar con nuestro propio centro para no perder el equilibrio. Ser como un farallón en medio de la tempestad, capaz de mantenerse firme pese al bravo oleaje que le rodea.

Ser un punto de calma y serenidad para nosotros y para los demás. Desde la absoluta confianza en que el cambio que se está produciendo es, también, profundamente liberador para todos.

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