En el nuevo tiempo que está llegando no va a ser posible seguir negando la espiritualidad porque sin ella nuestra visión de las cosas va a ser siempre muy parcial y caótica.
Y no, como creen algunos, porque la espiritualidad vaya a rellenar lo que no alcanza con teorías y creencias artificiales, sino porque la espiritualidad es la que nos da una profundidad y una perspectiva suficiente para entender lo que pasa.
Hemos construido una forma de ver el mundo sin la espiritualidad, negando esa dimensión en nosotros, pero esa sí que es una forma artificial que se está viniendo abajo por completo y que muestra ahora su acartonada tramoya.
Porque ahora no se trata ya de una espiritualidad de creencias, sino de experiencias que revelan una forma de ver por completo diferente.
Es la experiencia la que nos obliga a ampliar nuestra forma de comprender las cosas, y esto porque en nuestra anterior mentalidad ya no cabe lo que ahora vamos experimentando.
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