Es el momento de abrir nuestras mentes a otros aspectos de la realidad que no nos habíamos planteado.
La mente juega muchas veces a no salirse del terreno de lo conocido, es donde se siente segura. Siempre ve desde unos límites prefijados.
Por eso es muy importante que nos atrevamos a experimentar cosas que están más allá de ese territorio tan limitado, que no permitamos que nuestra mente bloquee, impida y limite nuestra experiencia.
Cuando hacemos eso, la realidad nos aparece como más amplia de lo que pensábamos. Esto es algo que inicialmente nos descoloca y precisamente, para poder recolocarnos, hemos de ser capaces de ampliar nuestra visión a fin de poder integrar lo vivido.
No nos cerremos a nada y permitámonos experimentar libremente en nuestra vida, como auténticos descubridores de nuevos mundos y de nuevas y más amplias perspectivas.
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