Muchas veces nos cuesta estar a solas con nosotros mismos de una forma tranquila y relajada.
Y la verdad es que la soledad sigue siendo algo necesario en nuestra vida, algo que favorece el que podamos ordenar nuestros asuntos y reflexionar sobre nuestras prioridades.
Una de las razones por las que huimos de los momentos de soledad es por la difícil relación que tenemos con nosotros mismos, muchas veces debido a problemas de autoestima y desvalorización.
Cuando la soledad nos cuesta demasiado corremos el riesgo de usar las relaciones para evitar estar solos, lo cual es muy peligroso para la relación porque favorece actitudes como la proyección.
Nuestra relación con el otro o con los otros, no sustituye ni evita la relación con nosotros mismos, es más, esas relaciones deberían potenciarla, porque la relación con uno mismo es, sin duda, nuestra relación más decisiva.
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