¿Es saludable comentar lo que nos preocupa? O ¿es adecuado escuchar los problemas y preocupaciones de los demás?
En mi caso creo que depende de la intención con la que se haga puede ser positivo o contraproducente.
Si mi intención es expandir mi preocupación, o volver a contarme a mi mismo, pero con el refuerzo de una audiencia, la película que me he creado para sostener mi victimismo irresponsable y justificar mi infelicidad, no es algo muy saludable.
Pero si lo hago para liberar mi alma al contarlo y como parte de mi proceso asumido de solución y sanación, para ver con más claridad y con ayuda, cuál puede ser la mejor forma de abordar el tema y superarlo, sí que es sano y recomendable.
Y la clave está, simplemente, en si tengo la intención o no de solucionar el problema.
La imagen es del centro Lerab Ling, cerca de Montpellier.
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