Cuando uno está trabajando en su evolución consciente, uno es el que tiene que cambiar para la mejora de sus relaciones. A medida que nos ordenamos internamente, nos ordenamos también con respecto a los demás.
La primera relación es la que tenemos con nuestros padres, ésa es el modelo a partir del cual construimos nuestras demás relaciones.
Por otro lado somos, en buena medida, fruto de la relación entre nuestros padres, también en nuestras características psicológicas, la mayoría de las cuales o vienen de uno o de otro de nuestros progenitores.
Por eso es esencial sanar nuestra relación con ellos, porque nuestro conflicto con ellos supone un conflicto seguro con nosotros mismos y con los demás.
Seguir esperando que cambien, nos reconozcan o nos compensen, es querer seguir anclados en el conflicto. Por eso es esencial responsabilizarnos nosotros ya de la sanación de las heridas de nuestra infancia y empezar a tener con ellos una relación adulta de respeto y con un trato de igual a igual.
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