El ser humano se suele sentir desubicado, como abandonado en un lugar inhóspito al que le cuesta acostumbrarse.
Hemos construido una sociedad que no es demasiado amable, llena de conflictos y en la que lo normal es proyectar nuestra negatividad en otras personas.
Nos pasamos la vida esforzándonos por encajar en la vida y en las circunstancias en las que hemos venido. Y muchas veces los esfuerzos son auténticamente titánicos.
Ser humanos no es algo fácil de por sí, por eso deberíamos no dificultárnoslo más los unos a los otros, no contribuir a la aridez del mundo.
Sería importante que en nuestra vida, y en nuestras actitudes fuéramos conscientes de todo esto y más comprensivos con nosotros mismos y con los demás. Contribuir, en aquello que podamos, a hacer de este mundo un mundo un poco más cálido y acogedor.
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