Vivimos en una cultura que no quiere abordar la muerte, procuramos eludir ese problema al no encontrar ninguna solución que nos parezca adecuada.
Pero eso no hace sino acentuar el miedo que suscita. Se convierte en la gran desconocida y nos parece inconcebible abordar lo que creemos es nuestra completa desaparición.
Resulta curioso cómo mucha gente dice no tener ninguna creencia con respecto a la muerte y sin embargo se muestran convencidos de que la muerte es el final de todo, sin que aprecien que eso no es sino una creencia más ya que aún no han pasado por el trance.
Es muy difícil que podamos comprender mínimamente el sentido de la vida si no nos planteamos el sentido de la muerte ya que ambas se complementan.
Es importante concretar qué es lo que tememos de la muerte porque eso nos permitirá entender también muchos de los miedos que tenemos con respecto a nuestra propia vida.
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