Es importante atrevernos a conectar con nuestro brillo y sacarlo a la luz.
Hemos crecido en una cultura de la baja autoestima en la que mostrar el brillo equivale a ser arrogante, una cultura que nos conmina a permanecer siempre en un perfil bajo y ocultar nuestros dones y nuestra alegría.
Es fácil constatar como hay personas que brillan y resplandecen y como su exterior refleja su impresionante belleza interior. Y otras, por el contrario, viven como apagadas, intentando tomar un poco de la luz que ven en otros.
No hay que resignarse nunca a vivir apagados, hemos de ver qué es lo que pasa y por qué no somos capaces de conectar con esa luz propia, por qué no brillamos.
Más allá de lo que quieran hacernos creer, es importante conectar con nuestro propio brillo y con nuestra alegría, hacernos conscientes de la impresionante estrella que somos.
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