Hay quienes necesitan certezas para adentrarse en determinados caminos, quienes necesitan estar completamente seguros. Y mientras eso no sea así, ellos no se mueven de aquello que es conocido.
Otros que necesitan que algo sea institucionalmente aceptado, aún creen que son las autoridades de turno las que deciden que es lo válido o no. No se mueven de lo socialmente establecido.
Cuando sales de lo conocido, uno tiene que aventurarse inevitablemente, hemos de explorar e ir abriendo nuevos caminos en territorios ignotos.
Y ahí las guías no son claras, hay muchos exploradores y cada uno investiga de una forma diferente. Por otro lado, los amantes en exclusiva de lo ya conocido intentarán desanimarnos.
La clave es escuchar nuestro interior y explorar por nosotros mismos esos nuevos caminos, con la curiosidad y la inocencia de un niño, pero con el conocimiento y la responsabilidad de un adulto. Nadie puede decidir por nosotros en el camino auténtico de la exploración.
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