Una de las estrategias más habituales de supervivencia que tenemos los seres humanos es la insensibilización, el vivir anestesiados.
Es una estrategia que no disminuye realmente nuestro sufrimiento sino que hace que no seamos conscientes de él, que lo sintamos menos.
Buscamos alivio y no curación, porque cuando nos insensibilizamos lo que hacemos es hacer soportable nuestro sufrimiento, pero nunca resolverlo. Nos vamos a los síntomas, no a las causas.
Y por eso hace que no busquemos tampoco resolver lo que hay detrás, y que nos importe menos el provocar sufrimientos a nuestros semejantes.
Para resolver y trascender el sufrimiento hemos de sentirlo y de tomar consciencia de lo que nos está indicando, ver la importancia de corregir todo aquello que nos lo causa.
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