En la filosofía tradicional hindú la ancianidad es la etapa más importante de la vida, es cuando uno ya cumplió con las obligaciones laborales y con el sostenimiento de la familia y puede centrarse en uno mismo.
Es la etapa en la que todo puede verse con una mayor perspectiva, en la que se puede relativizar lo que no es importante, estupenda para la evolución y la que nos prepara para la muerte.
Pero en una cultura que vive con miedo a la muerte, que no cree en la evolución personal, y que valora demasiado la productividad, ser anciano es una desgracia.
Y encima se carga a los abuelos con una parte importante en la crianza de los nietos. O cuidan a los nietos o son vistos como una simple "carga", como un problema para los hijos.
Es muy importante que, ya que la sociedad no nos lo va a poner fácil, nosotros vayamos teniendo claro qué modelo de ancianidad queremos en nuestra vida. Porque cuando nos negamos a madurar, nos limitamos a envejecer.
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