No soy partidario de desgastarme en peleas, polémicas o disputas. Pienso que, más que nada, es poco práctico y se saca poco en claro.
Soy más partidario de defender y trabajar en aquello que creo sin necesidad de atacar, rechazar o minusvalorar la posición o la línea que otros lleven.
Porque el ataque es una muestra de debilidad y de impotencia, de necesitar anular o rebajar al otro a fin de destacar más uno mismo.
Creo más en la simple firmeza y posicionamiento. En que uno defienda con fuerza y honestidad aquello que siente y vive y, sobre todo, aquello que experimenta.
Y lo que ofreces llegará a aquellos a quienes tiene que llegar, de forma natural y libre, sin forzar a nada ni a nadie, desde el respeto a la sagrada libertad de cada cual para escoger su camino.
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