La vida es un campo de infinitas posibilidades, un campo abierto a caminos bien diferentes. Y ahora esto es aún más cierto que nunca.
Cuando nos limitamos a seguir los programas inconscientes esas posibilidades se reducen considerablemente a lo que nuestra mente ve como lo posible o adecuado.
En otras épocas, lo normal es que uno acabara teniendo una vida muy similar a la de sus padres o abuelos. Ahora es ya muy difícil, en la sociedad en que nos movemos, que esto pueda ser así.
Por otro lado, nuestro nivel de autoestima influye mucho en las opciones que asumimos como posibles. A mayor confianza, más me atrevo a aventurarme en campos nuevos y distintos.
Cuando somos capaces de fluir con lo más íntimo y creativo de nosotros, con confianza y lejos de programas inconscientes, la vida no deja de sorprendernos gratamente en cada fase del camino.
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