No creo para nada en la culpabilidad y siento que ha sido un mecanismo de pura manipulación y control.
Los seres humanos somos propensos inevitablemente a equivocarnos ya que hace tiempo dejamos de guiarnos por nuestro mas fiable y predecible instinto animal y empezamos a decidir, con mejor o peor criterio, aquello que mejor nos parecía.
Sentirnos culpables por los errores cometidos y castigarnos por ello no nos ayuda a resolverlos. Lo que sí nos ayuda es asumir de forma madura la responsabilidad que nos corresponde y corregir ese error en la medida en que podamos hacerlo.
En la culpa la atención no se pone en la equivocación sino en la persona que lo comete a la que se condena. Y esto supone negar también su capacidad de corregirlo, porque le mina la confianza en sí mismo.
Es el.momento de dejar de culpabilizarnos y de castigarnos y, desde una posición mucho más saludable, aprender sin más a asumir nuestra responsabilidad y hacernos conscientes de nuestra natural capacidad de corregir, sin más, nuestras equivocaciones una vez las vemos.
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