A veces existe una cierta tendencia en nosotros a sentirnos culpables cuando alguien de nuestro entorno cercano se encuentra emocionalmente mal.
Se nos ha educado en una codependencia tóxica que hace que se desdibujen los límites de nuestra responsabilidad emocional.
Y hay que tener claro que somos los responsables de nuestro campo emocional, ni nosotros somos responsables del campo emocional de otros, ni los demás lo son del nuestro.
Y la mejor ayuda que podemos hacer a las personas de nuestro entorno es estar bien emocionalmente nosotros y permitirles a ellos sentirse como se sientan.
Desde afuera podemos simplemente ayudar a que otros se sientan algo mejor, pero la responsabilidad de encontrarse bien y de trabajar para ello si es preciso, recae siempre en cada persona.
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