Muchas personas limitan sus relaciones a unas cuantas personas de su entorno, normalmente familiares o algunos amigos y crean con ellos una relación de dependencia.
Es un intento de crear una especie de refugio afectivo en un mundo que se considera bastante inhóspito y difícil.
Yo considero que vamos hacia unas relaciones más reales y flexibles, en las que podamos establecer vínculos de confianza en poco tiempo, en las que la distancia física no importe demasiado si los corazones se sienten cercanos.
Relaciones que permitan ser al otro lo que es, en las que puedes estar años sin saber nada de él, respetando sus procesos, y lo sigues sintiendo cercano.
La clave es si vivimos las relaciones desde un apego condicionado por el miedo a la soledad, al otro y a nosotros mismos, o si las vivimos desde el puro amor y desde la confianza que de él emana.
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