miércoles, 2 de enero de 2019

SANAR LA RELACIÓN CON NOSOTROS MISMOS.


Lo primordial para tener unas relaciones sanas con los demás es sanar la relación que tenemos con nosotros mismos.


Todo desequilibrio en esa relación con nosotros mismos va a suponer un desequilibrio en nuestras relaciones y va a ser, posiblemente, una fuente importante de conflictos.

Expectativas irreales con respecto al otro, dinámicas tóxicas de relación que nos impiden crecer, codependencia, etc., son ejemplo de ello.

Antes las relaciones eran rígidas y estaban basadas en roles muy definidos, y eso hacia que se mantuvieran a pesar de todas las crisis y tensiones, a pesar de la violencia implícita que pudiera haber en ella o de la toxicidad de la relación.

Hoy los tiempos han cambiado y las relaciones no permiten ya jugar en otro campo que el de la honestidad y la voluntad de ir sanando, también, la relación con nosotros mismos a través de lo que nos muestra de nosotros mismos la relación con el otro.


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