La culpabilidad y la culpabilización no nos sirven para mucho.
Una acción equivocada no exige castigo sino corrección, que es algo muy distinto. Exige que nos demos cuenta del error que hemos cometido y que lo corrijamos.
La idea del castigo está asociada a la obediencia, se castiga al desobediente. Y es que la culpabilidad va en la misma línea, hacer que la persona se desprecie tanto como para buscar la aprobación ajena.
La corrección, por el contrario, está ligada a la responsabilidad y no tiene por qué ir acompañada de un sufrimiento moral, simplemente es uno mismo quien se percata del error, quien lo asume y lo corrige.
Como dice el dicho: errar es humano y rectificar de sabios. Y es que los sabios saben que culparse no sirve para mucho y que los errores son siempre inevitables en la vida humana.
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