Hay quienes consideran a la vida como una especie de broma pesada sin el más mínimo sentido. Y otros que desisten de preguntarse sobre si tiene o no sentido para ellos.
Pero cuando el ser humano no encuentra sentido, suele vivir perdido y preso de sus miedos.
Podemos encontrar sentidos a la vida. Podemos ver cómo determinadas actitudes nos facilitan la vida y como otras nos la ponen más difícil, y eso ya nos está indicando la existencia de un sentido.
Y podemos ver que lo que más nos hace sufrir es aquello que va en la dirección contraria a ese sentido y que fluimos y las cosas nos van mejor cuando vamos en el mismo sentido en el que va la vida.
Es cuestión de estar atentos y de profundizar en ambas cosas, en la vida y en la manera concreta que tenemos de vivirla, y de ver si ambas están o no en armonía.
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