Hay veces que anímicamente nos encontramos mal y esto puede ser un proceso natural cuando estamos asumiendo algo que nos cuesta aceptar.
Es importante, cuando estamos con fuertes emociones de miedo, frustración, enfado, tristeza, etc., que sepamos tomar distancia de los pensamientos que nos vengan.
Hemos de tener claro que nuestros pensamientos son de una mayor calidad cuando estamos serenos y equilibrados que cuando estamos muy inquietos e inestables.
Ya habrá tiempo de tomar decisiones o de plantear la solución del problema. Hay que dejar que pase la tormenta y lo prioritario es recuperar la calma.
Para ello procura ser generoso contigo como lo serías con un amigo que se encuentra mal, tómalo con calma, haz cosas que te gusten o, simplemente, no hagas nada, limítate a sentir tu cuerpo y tu respiración sin meter mente en ello.
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