De vez en cuando conviene estar atentos a las señales que indican que nos hemos acomodado demasiado a una situación, y preguntarnos honestamente si es adecuado o no para nosotros.
Estar atentos para ver si nos hacemos demasiado dependientes de algo o de alguien y si eso merma y de qué forma nuestra propia libertad.
Es un ejercicio de salud y de higiene vital, para no ir dejando que las ataduras nos anulen demasiado, que nos impidan evolucionar y realizar los cambios que precisamos en nuestra vida.
Porque lo adecuado, también, es que en nuestras relaciones se vayan reflejando esos procesos internos de cambio por los que pasamos y que vayan ajustándose a ellos.
Porque la vida es fluir en el cambio y continuar el camino de evolución. No existen lugares de estancia permanente y lo que hemos es de aprender a adaptarnos y disfrutar en ese cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario