Nos movemos en medio de la confusión, dominados por la desconfianza, pero con la necesidad de confiar.
Una desconfianza que lleva a muchos a una actitud cínica de la vida, a pensar que todo es un juego lleno de engaños porque no encontramos certezas que nos hagan ver con completa claridad.
Pero yo considero que es una trampa pensar que sólo existe el engaño y el autoengaño, y que todo es un juego de sombras sin mas sentido que el de tenernos atrapados.
Uno ha de estar atento y seguir a su propio corazón y hemos de respetar que el otro haga también lo que sienta mas oportuno, aún cuando nos pueda parecer que está equivocado.
Porque hemos de saber que todo lo que hacemos son aproximaciones a la verdad, y que de lo que realmente se trata de ir descartando aquello que vemos como engaño en nuestra vida, acercándonos todo cuanto podamos a una verdad que sigue siendo, para muchos de nosotros, nuestra auténtica referencia.
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