Es importante saber que una cosa es nuestra visión e interpretación de la realidad y que otra cosa es la realidad misma.
El que uno no se valore o no valore a los demás no significa que estos no valgan o que él no valga, sólo que no lo sabe valorar, algo que viene, normalmente, de la visión que tomamos en la infancia. O cuando uno no ve salida a una situación, no significa que no la tenga, sólo que él no la ve en ese momento.
Siempre solemos ser subjetivos y la clave está en si nuestra interpretación de la realidad es demasiado distorsionada o no, algo que depende, en gran medida, de nuestro nivel de desequilibrio emocional, mientras mayor sea éste, más distorsionará nuestra mente, y mientras más equilibrio tengamos, más clara podrá ser nuestra visión.
Y por otro lado, como con una propiedad conmutativa, nuestro equilibrio emocional también depende mucho de nuestra visión de la realidad, de la interpretación más o menos abierta y positiva que podamos tener de ella.
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