CLARIDAD O CONFUSIÓN.

Ofrecemos aquello que somos más que lo que tenemos.

Si somos confusos e incoherentes en nuestra forma de ver la vida, y no tenemos criterio sino que estamos a merced de lo que vamos oyendo, o del pensamiento que se deriva de nuestros estados emocionales, es eso lo que ofrecemos.

El principio de la coherencia en el discurso me parece importante para ayudar a clarificar el paisaje y disipar las nieblas.

Y eso no implica que sea un discurso cerrado que no admita los cambios que la propia evolución de la persona va trayendo con su ampliación de la perspectiva y con la comunicación con otros.

Pero siento que una parte importante de la confusión que se ve en nuestra sociedad viene, precisamente, de que no nos tomamos el tiempo de serenarnos un poco y ver en profundidad la mayor o menor coherencia del discurso que emitimos para observar, así, si sirve para aclarar, o si simplemente contribuye a la ceremonia del ruido y la confusión.

NIVELES DE COMUNICACIÓN Y SUBJETIVIDAD.

Hay dos cuestiones que son realmente importantes en la comunicación: entender los distintos niveles y la capacidad de ser objetivos.

Por un lado hemos de entender que los niveles de evolución son distintos en las distintas personas y que por eso hay cosas que para algunos son evidentes mientras que para otros resultan incomprensibles.

Normalmente nuestra comunicación será especialmente fluida y rica con aquellos que tienen nuestro mismo nivel, aunque también podamos adaptarnos al nivel que tienen otros.

Y por otro lado está la cuestión de la subjetividad. Hemos de tener claro que cada uno interpretamos la realidad en función de lo vivido, de lo aprendido y de nuestros propios intereses. La clave, así pues, es buscar ser lo más objetivos que podamos en nuestra comunicación.

Es importante tener claro, para esa comunicación con el otro, que nuestra forma de ver la realidad es, pues, siempre relativa y ajustada al punto en el que nos encontramos y que es, precisamente por eso, que la visión del otro puede enriquecer la nuestra.

NIVELES PARA INTERACTUAR.

Hay muchos niveles en los que podemos interactuar con la realidad. Son como capas de cebolla que nos permiten ir profundizando en aquello que vivimos.

Y así, la realidad es la misma para todos pero no todos la viven en un mismo nivel de profundidad. Y esto es algo que tiene que ser comprendido y respetado.

Mientras mas profundo sea nuestro nivel de acceso a la realidad más la podemos modificar con menos esfuerzo, porque mejor podemos conectar con nuestra fuente de poder interno.

Pero, repito, cada cual está donde está y no se puede acceder a niveles más profundos si no se ha transitado por los más superficiales. Y donde no hemos llegado no puede actuar tampoco nuestra comprensión y sentimos incluso rechazo por esos niveles mas profundos.

Todo está bien, y de lo que se trata es de ser comprensivo con aquellos que no comprenden nuestro nivel y de estar abiertos a aquellos cuyo nivel nosotros aún no comprendemos.

ELEGIR POR NOSOTROS MISMOS.

Los animales saben por instinto qué es lo que les conviene y qué lo que no. Los seres humanos hace tiempo que dejamos atrás nuestros instintos y lo tenemos un poco más complicado. 

Nos pasamos la vida elucubrando qué será lo mejor para nosotros, intentando decidir cuál es la mejor opción a tomar. 

Y durante mucho tiempo hemos dejado que las respuestas nos las den desde fuera y que sean otros los que nos digan qué es lo más adecuado para nosotros.

De alguna forma, eso también nos liberaba de la responsabilidad de decidir y de la posibilidad de equivocarnos que eso conllevaba. Nos parecía mejor limitarnos a quejarnos de los errores de otros, sentirnos inocentes víctimas.

Pero ahora ya es el momento de empezar a decidir por nosotros mismos qué es lo que queremos y lo que no en nuestra vida. Porque ni la felicidad, ni las respuestas nos van a venir nunca desde afuera.

NI CRÉDULOS NI DESCREIDOS

Durante mucho tiempo hemos estado creyéndonos muchas cosas que nos contaban y que luego resultaron no ser ciertas. Y descubrimos también que tras muchas de esas mentiras había ocultos intereses particulares.

Muchos decidieron entonces cerrar por completo y no creerse nada. Decidieron limitarse a vivir con lo que ya conocían, y que no dejaban de ser también creencias. Se cerraron así a todo lo nuevo con una costra de cinismo.

Pero para poder crecer y evolucionar es indispensable vivir abiertos a lo nuevo, estar dispuestos a hacer las cosas de una forma diferente.

Y es que no se trata ya de volver a ser crédulos e ingenuos, pero tampoco de convertirnos en incrédulos cerrados. De lo que se trata es de tener criterio propio y aprender a distinguir por nosotros mismos lo que me resuena y lo que no me dice nada.

Y aquello que yo pueda sentir o ver como verdadero, no limitarme a creérmelo sin más sino ponerlo siempre a prueba, comprobarlo y experimentarlo por mi mismo, haciendo de ello una auténtica vivencia.

COHERENTES CON NUESTRO CAMINO

Hay muchos caminos, muchas líneas de trabajo posible, pero lo importante es que tu sigas el tuyo y seas coherente en él.

Uno ha de hacer aquello que le resuena o siente, o simplemente lo que más le cuadra, pero ha de decidirlo él. Ya no es posible que otros lo decidan por ti.

Nuestra felicidad y nuestra vida es lo suficientemente importante como para no ponerlas en manos de ninguna otra persona. Y nadie debe cargar tampoco con la responsabilidad de hacer feliz a otros.

No puedo tener una certeza absoluta de que mi camino sea el más correcto, pero sí lo creo el más correcto para mí. Y procuro ser coherente con lo que vivo, pienso, siento o digo. Y apuesto firmemente por ese camino, e incluso me permito animar o aconsejar a otros.

Pero siempre desde el más profundo respeto y teniendo claro eso, que cada cual es el que tiene que decidir sobre su propia vida porque es, también, cada cual el que acaba asumiendo las consecuencias resultantes de esas decisiones que toma.

EL CÓMO LO VIVIMOS.

Nuestra evolución no tiene que ver tanto con aquello que vivimos sino sobre todo con el cómo lo vivimos.

Nuestra vida y la de aquellos que nos rodean es más parecida de lo que pensamos. Todas las vidas tienen muchos puntos comunes en el recorrido. 

Algunas veces sentimos, en nuestro victimismo, que nuestra vida es especialmente dura o complicada, o nos juzgamos inferiores a los demás porque creemos que nos pasan cosas por sentirnos incapaces.

Pero lo que realmente marca siempre la diferencia es la forma en que respondemos a esas circunstancias o situaciones. Es el cómo lo vivimos el que nos revela nuestro grado de evolución.

Y ese cómo lo vivimos es algo que siempre está en nuestra mano mejorar, ahí tenemos a nuestro alcance un maravilloso campo de crecimiento. Eso es, simplemente, la expansión de nuestra consciencia.

LA HERMOSA CAPACIDAD DE VOLVER A PONERNOS EN PIE.

En el ser humano hay una enorme y hermosa capacidad para sobreponerse, para volverse a levantar y para sanar aquello que trae de su pasado.

Pocas cosas me emocionan tanto como ver a una persona estar dispuesta a afrontar con coraje las dificultades que en muchas ocasiones la vida les presenta.

Hay en ello una hermosa nobleza que pocas veces nos reconocemos. En muchos casos es una apuesta sincera y honesta por ser mejores personas.

Soy capaz de ver el dolor que se esconde tras muchas de las actitudes equivocadas. Y también veo la enorme fuerza que nos lleva a sobreponernos a ese dolor y a intentar corregir esos errores lo mejor que sabemos.

Hoy veo, con mas claridad de lo habitual, el cómo los seres humanos hemos decidido caminar erguidos pese a todo y la hermosa dignidad que hay en ello.

EL CAMBIO NATURAL

Creo profundamente en la evolución que hacemos a partir de irnos conociendo más profundamente. Ese autoconocimiento nos va transformando de una forma natural.

Porque no creo que tengamos que cambiar para parecernos a un modelo externo, o para responder a la imagen que otros tienen de nosotros. 

Ni tan siquiera para ser la imagen que nos gustaría tener. Porque, muchas veces, intentamos en ese cambio simplemente cambiar de máscara, aparentar ser otra cosa aunque no la sintamos.

Yo creo más en el cambio que se produce de la propia necesidad interna de madurar, de desplegar el potencial dormido que hay en nosotros. 

Y en ese cambio de lo que se trata es, simplemente, de ver y sanar aquello que frena e impide ese proceso natural de crecimiento, de cortar las cadenas que nos impiden Ser.

LO IMPORTANTE ES YA URGENTE

Nos hemos pasado la vida confundiendo lo urgente con lo importante y priorizando lo primero.

La vida cotidiana, con sus demandas y exigencias, nos mantenía entretenidos y hacía que el tiempo pasase sin que tomáramos consciencia de lo que estábamos viviendo y de si había o no evolución en nosotros.

Ahora estamos ya en un momento de cambio total, de pérdida de referentes, en el que lo importante se ha convertido además en lo urgente. Donde nuestra supervivencia, sobre todo pero no sólo, psicoemocional, nos exige resolver y sanar.

Y aún así algunos se aferran a lo cotidiano, no porque sea lo urgente, sino por el miedo a afrontar lo que se ha estado evitando durante tanto tiempo.

No hay nada que temer, ahora, más que nunca, estamos preparados para poder mirar y resolver. La fruta está por fin definitivamente madura y hay que tomarla antes de que pueda llegar a pudrirse.

DIFÍCIL CAMBIO

En la vida hemos de sacar un aprendizaje de todas las circunstancias difíciles por las que nos toca pasar. 

Nuestro inconsciente busca eso, no se limita nunca a querer una vida cómoda y sin problemas. Nos pone en situaciones en las que o aprendemos y evolucionamos o no somos capaces de superarlas.

Y estamos viviendo un tiempo impresionante de cambio. Y nuestro inconsciente es muy sensible a ello, y va a hacernos pasar por situaciones que nos fuercen, de una u otra forma, al cambio.

Porque cuando todo cambia no nos sirve querer seguir viviendo de la misma forma. Y es por ello que vemos tantos problemas gordos en muchas personas: enfermedades, separaciones, fallecimientos, etc. que nos descolocan y sacan de nuestra zona de confort.

La vida nos sacude para llevar adelante el cambio interno que este momento nos requiere. De nosotros depende asumir nuestra responsabilidad en él o querer seguir mirando hacia otro lado.

EL CAMBIO INCONSCIENTE

El cambio importante se está produciendo a nivel inconsciente, casi sin darnos cuenta, en muchos de nosotros. Y esto se produce a través del inconsciente colectivo.

Cuando no nos trabajamos, cuando no vemos nuestro inconsciente, éste es más sensible a recibir sin cuestionarse todo lo que le viene de ese inconsciente colectivo.

Muchos seres humanos hemos estado y seguimos estando en la tarea de ir disolviendo falsas creencias de ese inconsciente colectivo e ir limpiando las emociones atrapadas y no integradas provenientes de nuestro pasado.

Y eso no se hace trabajando en abstracto, sino trabajando individualmente en nosotros mismos esas creencias y emociones, a la vez que nos damos cuenta de que todos conformamos una misma unidad.

Es ese inconsciente colectivo el que está transformándose por completo. Está pasando de ser un inconsciente que creía en la sumisión de las personas, a un inconsciente que ve las posibilidades del pleno desarrollo de los individuos que asumen su propia responsabilidad.

CRISIS ADOLESCENTE

La humanidad pasa por una especie de crisis adolescente. El ser humano está asumiendo, poco a poco, la responsabilidad que le corresponde con respecto a su vida.

La era de la sumisión toca a su fin y cualquiera puede verlo con sus hijos, y lo que corresponde ahora es ir promoviendo las actitudes de responsabilidad.

Porque nuestra felicidad depende de lo que nosotros hacemos con nuestra vida, no de lo que otros hagan o hayan hecho en el pasado.

Y cuando traemos una mochila de problemas importantes de nuestro pasado, es también a nosotros a quienes nos toca resolverlos, porque somos los principales afectados.

El adolescente a veces se resiste a salir del cascarón de la infancia y la vida le puede dar un poco de vértigo, pero hemos de tener claro que la responsabilidad es el único camino posible para nuestra libertad.

EVA CASSIDY, MICHAEL BOLTON & EDWARD SHEERAN

Os dejo aquí música que nos gusta, para disfrutar estos días de maravillosos de otoño.

Eva Marie Cassidy (2 febrero 1963 a 2 noviembre 1996) fue un cantante y guitarrista estadounidense conocida por sus interpretaciones de jazz y el blues . En 1992, lanzó su primer álbum, El otro lado , una serie de duetos con go-go músico Chuck Brown , seguido por el 1996 álbum en solitario en vivo titulado Live at Blues Alley . A pesar de que había sido honrado por la Zona de Asociación de Música de Washington , que era prácticamente desconocido fuera de su país natal, Washington, DC . Ella murió de melanoma en 1996.

Dos años después de su muerte, la música de Cassidy fue traído a la atención del público británico, cuando sus versiones de " Fields of Gold " y " Over the Rainbow " fueron interpretados por Mike Harding y Terry Wogan de la BBC Radio 2 . Después de la abrumadora respuesta, una grabación de la videocámara de "Over the Rainbow", tomada en Blues Alley en Washington por su amigo Bryan McCulley, se muestra en la BBC Two 's Top of the Pops 2 . Poco después, el álbum recopilatorio Songbird se subió a la parte superior de las del Reino Unido Albums Charts, Casi tres años después de su lanzamiento inicial. El éxito de la carta en el Reino Unido e Irlanda condujo a un mayor reconocimiento en todo el mundo. Sus póstumamente grabaciones lanzadas, incluyendo tres el número 1 del Reino Unido, los registros se han vendido más de diez millones de copias.

Michael Bolotin (nacido el 26 de febrero de, 1953), conocido profesionalmente como Michael Bolton , es un cantante y compositor estadounidense. Se hizo más conocido por su serie de pop rock baladas , registrada después de un cambio de estilo a finales de 1980.

Los logros de Bolton incluyen la venta de más de 75 millones de discos, grabando ocho mejores 10 álbumes y dos sencillos número uno en los Billboard gráficos, así como ganar múltiples premios American Music y los Premios Grammy

Edward Christopher Sheeran , MBE (nacido el 17 de febrero de 1991) es un Inglés cantante y compositor, guitarrista y productor de discos. Él nació en Halifax, West Yorkshire , y se crió en Framlingham , Suffolk . Estudió en la Academia de Música Contemporánea enGuildford , Surrey , como una licenciatura de la edad de 18 en 2009.  A principios de 2011, Sheeran lanzado de forma independiente la reproducción extendida, Nº 5 Colaboraciones Proyecto . Después de firmar con Asylum Records , su primer disco, +(que se lee "más"), fue lanzado el 9 de septiembre de 2011 y desde entonces ha sido certificado siete veces platino en el Reino Unido.En 2012, She eran ganó los Brit Awards para Mejor británica Solista Masculino y Artista Revelación Británico 

MORAL RELIGIOSA

Hemos vivido constreñidos por una moral religiosa cerrada que propugnaba la sumisión y la negación de uno mismo como principios básicos. Y que consideraba que anteponer los deseos y necesidades de los demás a los propios era la mejor muestra de amor.

Una moral que defendía que los errores eran pecados imperdonables que requerían castigo más que corrección, y que hacía del desprecio a uno mismo y de los remordimientos el mejor de los castigos.

Una moral que ha confundido el odio al mal con el amor al bien y que ha sostenido moralmente y durante siglos, guerras y conflictos, que ha justificado la violencia en nombre de Dios.

Esa moral nos ha llevado a la hipocresía, a ocultar y negar muchos aspectos de nosotros mismos, a un culto a la apariencia de moralidad, vigilada por el grupo y sus juicios.

Es el momento de soltar esa moral y de recuperar una relación más honesta y sincera con nosotros mismos que nos permita mostrarnos ante los demás tal y como somos y aceptarles a ellos tal y como son, para, desde ahí, poder vivir unas relaciones más auténticas.

RELACIONES: UN CAMINO DE EVOLUCIÓN

Uno de los puntos esenciales para nuestro camino de evolución está en nuestras relaciones con los demás.

Las relaciones pueden ser un obstáculo muy grande en ese camino. Muchas veces nos negamos a sacar nuestro potencial porque preferimos complacer los deseos de otras personas.

O nos callamos y aceptamos cosas con las que no estamos de acuerdo para evitar cualquier tipo de enfrentamientos. Todo eso supone negarnos a nosotros mismos, por miedo al rechazo y por una falta de autoestima.

De lo que se trata ahora es de vivir ya con unas relaciones que favorezcan y potencien nuestra relación con nosotros mismos, que nos ayuden a todos a crecer y a sacar nuestro potencial interno.

Y es siempre un auténtico regalo encontrarse con otras almas dispuestas para ver las relaciones como un auténtico camino de evolución y sanación, decididas a encontrarse a sí mismos a través de sus relaciones con los demás.

VERGÜENZA TÓXICA

La mayoría de nosotros llevamos o hemos llevado encima eso que se denomina vergüenza tóxica y que tiene que ver con el pensamiento o el sentimiento de que no somos suficientemente buenos o merecedores de felicidad.

Venimos de una cultura y una religión en la que el peso de la culpa era enorme, en la que se nos decía que veníamos ya corrompidos de origen.

Una cultura que consideraba la dureza como la mejor educación posible, y que pensaba que una actitud excesivamente amorosa hacia el niño suponía malcriarlo.

Venimos de donde venimos, pero ya es nuestra responsabilidad soltar esa vergüenza y trascenderla. Tenemos que darnos cuenta de que es a nosotros exclusivamente a quienes corresponde esa labor.

Para ello es esencial la conexión con nuestro niño interior, con el niño que fuimos. Somos nosotros, como adultos maduros, a los que nos corresponde darle el amor y la atención que no recibió y que muchas veces sigue-seguimos buscando fuera.

JUSTIFICACIÓN MENTAL

Usamos muchas veces la mente para justificar nuestros desequilibrios, o para dar una explicación lógica de aquello que se nos escapa.

Nos cuesta ver que la mente está, la mayoría de las veces, limitada para entender muchas cosas, que aún no está lo suficientemente madura ante ciertos aspectos de nuestra realidad y lo que hace es construir teorías que nos alivian puntualmente.

Podemos crear en nuestra mente una visión higiénicamente ordenada que niegue todo el caos que nuestra vida o nuestro cuerpo nos muestra, incluidos nuestros miedos o nuestra ansiedad.

Es como erigir un edificio sin apenas cimientos, en la confianza de que no vengan nunca terremotos que caigan abajo ese falso edificio de orden que habíamos construido.

Pero la vida siempre es un puro terremoto que se resiste a cualquier salida fácil o superficial. Suele tener la generosidad de confrontarnos una y otra vez con nosotros mismos y con nuestro problema, hasta que seamos capaces de verlo de una forma auténtica y de abordarlo con una sana honestidad.

LA COMUNICACIÓN Y EL ENFADO

El enfado siempre dificulta la comunicación a la hora de solucionar los conflictos. Por eso yo prefiero esperar a disolver el enfado antes de abordar las diferencias que tenga con el otro.

Muchas veces nuestro enfado tiene que ver con diferencias importantes que tenemos con otra persona, diferencias que es sano y clarificador exponerlas abiertamente. Pero no podemos dejar que se mezcle la emoción del enfado con el planteamiento objetivo del problema. 

El enfado es MI problema, el cómo yo me lo tomo, nubla la objetividad e incluso me lleva a decir cosas fuera de lugar de las que luego puedo arrepentirme.

Otras veces, cuando se nos pasa el enfado, decidimos pasar del tema para no provocar otro enfrentamiento, y no nos damos cuenta de que, con esa actitud, no conseguimos resolver el problema de fondo.

Se trata, pues, de que yo sepa gestionar mi enfado y luego sea capaz de plantear, de una forma firme y asertiva, la visión que yo tenga sobre ese problema y su posible solución.

NUESTRA VISIÓN NOS HABLA DE NOSOTROS.

La visión que tenemos de las cosas y del mundo nos habla más de nosotros que de aquello que estamos viendo.

Y lo mismo sucede con nuestras emociones, pues éstas surgen de la forma en la que miramos esa realidad, también en ese caso hablan más de mí que de lo otro.

Porque es mi biografía, mi pasado, mis experiencias o educación la que conforman mi mirada y me hacen ver el mundo de una determinada forma, desde un prisma particular.

Y por eso es tan importante aprender a deducir la forma en la que miro a partir del cómo lo veo y lo vivo, mirarme hacia dentro en mi relación con lo otro y con las demás personas.

Es, cuando hacemos eso, cuando podemos aproximarnos a una cierta objetividad en la que podemos llegar a comunicarnos de una forma sincera con los otros, y cuando podemos investigar juntos esa realidad que compartimos.

ERRAR ES HUMANO

Como dice el dicho: errar es humano y rectificar es de sabios. Cuando cometemos un error podemos rectificar o limitarnos a justificar nuestro error con argumentos mentales. 

Y cuando elegimos la justificación, mientras más gordo sea el error, más elaborados y artificiales han de ser los argumentos que lo sostengan.

Desde fuera podemos ver el error muchas veces, pero ha de ser uno mismo el que lo vea para corregirlo. Principalmente por dos razones: porque si corregimos simplemente porque nos lo dicen, no hay evolución, es una corrección descafeinada. 

Y porque muchas veces, desde fuera se ven como errores cosas que no lo son, en algunas ocasiones porque el otro actúa como parte interesada y ve como error lo que a él no le conviene.

Es por eso que para que uno pueda ver errores en sí mismo es preciso ser humildes, tener el coraje de afrontarlo y sobre todo, una sana honestidad con nosotros mismos. Corregir nuestros errores es el mejor regalo que podemos llegar a hacernos.

ATAQUES

Muchas veces vivimos el que nos insulten, critiquen o incluso el que piensen mal de nosotros, como auténticos ataques, los sentimos con dolor como amenazas a nuestra integridad.

Y, en realidad, es nuestro ego el que lo vive como ataque, el que se siente amenazado. Es el concepto que tenemos de nosotros mismos el que se tambalea o puede verse afectado.

No nos damos cuenta de que son nuestras propias dudas sobre nosotros mismos las que nos provocan el sufrimiento en esos casos, que es nuestra vergüenza tóxica interior la que se muestra ahí, esa vergüenza que nos lleva a creer que no somos lo suficientemente buenos.

Cuando realmente nos sentimos en paz con nosotros mismos y con cómo somos, no nos alteramos ni nos ponemos a la defensiva, e incluso nos podemos permitir el ver si hay algo de verdad en aquello que nos dicen, algo que podamos mejorar en nosotros mismos.

Y esto sucede porque podemos ver, con naturalidad, que aunque cometamos errores, como todo el mundo, eso no nos quita un ápice de nuestro valor esencial.

LA RELACIÓN ESENCIAL

Ninguna relación, salvo la que tenemos con nosotros mismos, nos es imprescindible. Ni tampoco nosotros somos imprescindibles para nadie. 

La libertad es esencial en nuestras relaciones y, sobre todo en nuestros sentimientos. Somos libres de sentir la emoción que realmente sintamos y de tener la emoción que tengamos.

Muchas veces nos han hecho creer que existía la obligación de querer a nuestros padres, hijos, hermanos, pareja, amigos o al resto de los seres humanos. Y no es así, no existe la obligación de amar sino que el amor es una emanación natural.

Lo otro no es real. Supone un reprimir y llevar a nuestro inconsciente nuestro desagrado o rechazo y aparentar llevarnos bien. Supone todo un acto de hipocresía que nos impide ser auténticos.

Y es que el amor es algo maravilloso y delicado que nace de nuestra propia coherencia y de nuestra libertad para ser nosotros mismos.

ASPECTOS POSITIVOS

Vivimos tiempos de incertidumbre pero no quiero dejar de señalar aspectos realmente positivos de este tiempo que estamos viviendo.

Por un lado, esa incertidumbre ante el futuro nos ayuda a vivir más centrados en nuestro presente, más en nuestro día a día.

Por otro, el hecho de que estén cayendo muchos referentes externos nos ayuda a tener que confiar más en nuestro interior, a pensar y decidir por nosotros mismos.

Eso tiene que ver con el hecho de que estamos dejando de creer en las autoridades externas, lo cual favorece, de una forma importante, la recuperación de nuestra autoridad interna.

Y observo, también, que eso hace que el respeto se base ahora mucho más en la igualdad que en la sumisión y el miedo, como sucedía en épocas anteriores. 

Estamos en un tiempo distinto que exige pues, de nosotros, una actitud más madura, responsable y evolucionada ante todo lo que supone la vida.