La humanidad pasa por una especie de crisis adolescente. El ser humano está asumiendo, poco a poco, la responsabilidad que le corresponde con respecto a su vida.
La era de la sumisión toca a su fin y cualquiera puede verlo con sus hijos, y lo que corresponde ahora es ir promoviendo las actitudes de responsabilidad.
Porque nuestra felicidad depende de lo que nosotros hacemos con nuestra vida, no de lo que otros hagan o hayan hecho en el pasado.
Y cuando traemos una mochila de problemas importantes de nuestro pasado, es también a nosotros a quienes nos toca resolverlos, porque somos los principales afectados.
El adolescente a veces se resiste a salir del cascarón de la infancia y la vida le puede dar un poco de vértigo, pero hemos de tener claro que la responsabilidad es el único camino posible para nuestra libertad.
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