jueves, 9 de noviembre de 2017

ATAQUES



Muchas veces vivimos el que nos insulten, critiquen o incluso el que piensen mal de nosotros, como auténticos ataques, los sentimos con dolor como amenazas a nuestra integridad.


Y, en realidad, es nuestro ego el que lo vive como ataque, el que se siente amenazado. Es el concepto que tenemos de nosotros mismos el que se tambalea o puede verse afectado.

No nos damos cuenta de que son nuestras propias dudas sobre nosotros mismos las que nos provocan el sufrimiento en esos casos, que es nuestra vergüenza tóxica interior la que se muestra ahí, esa vergüenza que nos lleva a creer que no somos lo suficientemente buenos.

Cuando realmente nos sentimos en paz con nosotros mismos y con cómo somos, no nos alteramos ni nos ponemos a la defensiva, e incluso nos podemos permitir el ver si hay algo de verdad en aquello que nos dicen, algo que podamos mejorar en nosotros mismos.

Y esto sucede porque podemos ver, con naturalidad, que aunque cometamos errores, como todo el mundo, eso no nos quita un ápice de nuestro valor esencial.

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