Muchas veces buscamos teorías consoladoras que nos calmen mentalmente mientras nos negamos a transformar realmente nuestra vida.
Es por eso que es importante que aquello que vamos aprendiendo se vea reflejado en esa vida y en nuestra forma de actuar, en definitiva que seamos coherentes con nosotros mismos..
Es, cuando la transformación es real y cuando lo experimentamos en nuestra propia vida, que nuestros planteamientos se convierten en una realidad más allá de la teoría.
Porque el llevar a la práctica de nuestra vida cotidiana los cambios que comprendemos a nivel mental exige de un profundo coraje. Y sólo cuando comprendemos que no tiene sentido el no hacerlo es cuando estamos de verdad dispuestos a hacerlo.
Porque la teoría sin acción es otra forma de evasión. Es la acción la que valida la teoría y la que nos hace coherentes.
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