Los conflictos con otras personas bloquean nuestra vida más de lo que nos imaginamos, además de ser una importante fuente de permanente sufrimiento.
Los conflictos reflejan aspectos internos no resueltos en los dos protagonistas y también temas sin resolver entre los ellos.
En nuestra mano está resolver los problemas internos no resueltos nuestros que se manifiestan en el conflicto, y también el ver los problemas que tenemos con el otro para resolver la parte que nos toca. Para que nuestro corazón quede libre, en paz y abierto a la reconciliación.
No está en nuestra mano resolver los conflictos del otro, ni tampoco obligarle a reconciliarse con nosotros si no lo desea.
Porque es la parte que nos corresponde resolver a nosotros la que realmente nos bloquea nuestra vida y nos produce el sufrimiento, no la del otro, aunque nuestra tendencia a proyectar y a sostener los conflictos, así nos lo quiera hacer creer.
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