Es muy importantes ser serios y rigurosos a la hora de mirar y reflexionar sobre la vida. Porque la vida exige de nosotros un compromiso responsable con ella.
Pero eso no quita que no tengamos la capacidad, también necesaria, de aprender a relativizar, de saber tener un sano sentido del humor y una actitud lúdica vital.
Porque el compromiso honesto no niega la alegría, sino que ésta es una forma maravillosa de hacerlo más llevadero.
La alegría, el juego o el humor son formas maravillosas de salir de esa falsa seriedad de lo formalmente establecido y poder acercarnos mejor, así, a lo realmente esencial.
Hay que saber moverse con la seriedad de nuestros planteamientos y también con la forma leve y amorosa que el humor y la alegría nos permiten. A mí me encanta la combinación de ambos.
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