Suena manido pero uno ha de seguir realmente a su corazón y hacer el camino que siente, porque hemos de aprovechar la oportunidad que supone la vida.
Por eso uno no ha de seguir los dictados de la sociedad, no ha de hacer lo que desde fuera se le diga que haga porque se considere lo más "razonable".
Y cuando uno deja de hacer lo "razonable" desde fuera no se entiende, pero porque desde fuera sólo se entiende lo establecido.
Por eso hemos de ser comprensivos con todos aquellos que no nos comprenden, porque ellos no tienen acceso a las razones de nuestro corazón.
Y desde el respeto hacia ellos, desde la calma ante su incomprensión y desde la firmeza íntima en nuestra actitud y en nuestras decisiones. Para que acaben aceptando, cuando ellos lo sientan, nuestro inalienable derecho a seguir nuestro propio camino.
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