Somos el mundo. Todo lo que vemos fuera de nosotros es, de una u otra forma, un reflejo de lo que tenemos en nuestro interior.
Es por eso que cuando resolvemos en nuestro interior nuestros conflictos, estamos colaborando, de la mejor manera posible, en mejorar el mundo.
Y eso se puede hacer desde dos perspectivas, viéndonos a nosotros mismos y nuestras pulsiones internas y ver después como se manifiestan en el mundo, o ver el mundo y lo que ocurre en él y observar que relación tiene con lo que vivo en mi interior.
Normalmente nos negamos a conocernos y proyectamos en el mundo nuestra ignorancia de nosotros mismos.
Lo de dentro es lo de fuera. Y puedo ver lo de dentro observando la reacción interior que se produce en mí ante todo aquello que veo fuera.
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