miércoles, 24 de octubre de 2018

CLARIDAD Y TRANSPARENCIA.



En un mundo de confusión es importante aportar un poco de claridad, y eso empieza con ser transparentes en nuestra forma de actuar y expresarnos.


Ser coherentes entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Honestos con nosotros mismos y con los demás a la hora de manifestar lo que somos 

Ser transparentes supone que sean evidentes nuestras intenciones, que no vayamos con segundas, ni por la puerta de atrás, que vayamos de frente.

Eso implica el coraje de ser sincero y de expresar lo que se siente o se piensa, con sensibilidad hacia el otro, pero siempre sin enmascarar. Porque muchas veces nos ocultamos con el fin de que nos aprueben.

Cuando así lo hacemos, el otro ya sabe a qué atenerse, puede confiar en nosotros, y eso le permite obrar en consecuencia. Y es que es el momento de colocar ya todas las cartas encima de la mesa.

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