Yo creo que el verdadero cambio no se hace desde el poder o desde las instituciones, sino que éstas se mueven a remolque de la revolución silenciosa de miles de personas anónimas.
Creo en el cambio de unos niños mas conscientes de su mundo emocional y de su dignidad, más despiertos a sí mismos y a la vida.
En el cambio que muchas personas deciden hacer en sus vidas a través de un honesto proceso de autoconocimiento que les ayuda a transformarse y a transformar sus relaciones.
Creo en el cambio que muchas personas hacen en sus puestos de trabajo, en sus familias, enfocando la labor de una forma diferente, más humana y más creativa.
Creo y constato por mí mismo todo ese cambio que se está construyendo paso a paso, con constancia y discreción. Desde la rotunda convicción de que ese cambio ya es una realidad viva en nuestra vida
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