Al igual que el odio es una proyección hacia afuera de un conflicto interno no reconocido, el amor es resultado de una armónica relación con nosotros mismos.
Y por eso la asunción de la responsabilidad sobre nuestra vida y sobre lo que nos sucede es uno de los mejores caminos para desbloquear nuestro amor.
Cuando asumimos nuestra responsabilidad es cuando realmente nuestra vida mejora de una forma evidente y significativa.
Cuando nos limitamos a culpar a factores externos y a otras personas, nuestra vida no mejora, simplemente nos limitamos a justificar nuestra infelicidad pero sin resolver nada.
En nuestra mano está la de asumir o no nuestra responsabilidad y, decidamos lo que decidamos, será a nosotros mismos a quienes más afecten las consecuencias de esa decisión.
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