A muchos nos hicieron creer que tal como éramos, no era suficiente, que teníamos que ser mejores o, peor aún, que teníamos que ser de otra forma de como éramos.
O se aplicaban también modelos ideales a los que teníamos que parecernos. Modelos, por otro lado, con circunstancias vitales bien distintas a la nuestra.
Toda auténtica evolución empieza desde un reconocimiento y una aceptación de lo querealmente somos y del punto en el que nos encontramos.
Porque la mejora viene de que crezca, florezca, o de sus frutos eso que ya somos, nunca de negar nuestro proceso o de intentar copiar el proceso de otros.
Y cuando eso no nos lo permitieron, ya va siendo hora de que nos aceptemos y nos lo permitamos a nosotros mismos.
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