Venimos a la vida a experimentar la separación desde la consciencia para, desde ahí, poder llegar a trascenderla.
Y en esa experiencia de separación nos sentimos solos, aislados, perdidos y llenos de miedos. Pero también ese miedo ha de ser trascendido.
Porque el viaje de la vida, en su dimensión mas profunda, es el viaje que va desde el miedo que nos produce la separación, hacia el Amor y la unidad que éste representa.
Un viaje que se manifiesta de forma plenamente visible en las relaciones. Desde nuestro miedo y desconfianza hacia el otro, viéndole como diferente a nosotros, hasta el amor y la apertura y el reconocimiento de nuestra profunda igualdad esencial.
Un viaje que va, en definitiva, desde el miedo a nosotros mismos y desde nuestra falta de confianza interior y de autoestima, hasta el sagrado encuentro con lo que somos y con nuestra propia esencia.
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