Hay situaciones de nuestra vida que nos cuesta bastante comprender, no entendemos el porqué de determinados sufrimientos o situaciones de daño, sobre todo en nuestra infancia.
Sin embargo, son muchas de esas situaciones las que dan un sentido más profundo a nuestra existencia, las que nos ayudan a entender cuál es nuestro propósito en la vida.
Porque no venimos a vivir una vida sin problemas sino que estos son consustanciales a nuestra existencia y condicionan, además, nuestro proceso de evolución.
Y cuando dejamos de luchar contra nuestro pasado y contra aquello que nos tocó vivir, nos es mucho más fácil comprender el sentido de todo ello.
Y cuando logramos comprender, se produce una especie de epifanía en la que somos capaces de ver la belleza que se esconde detrás de todo.
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