Nosotros somos el cambio en el mundo, somos sujetos activos y no pasivos de ese cambio, y estoy convencido que lo más importante que podemos hacer para ello es nuestro propio cambio interior.
Por tanto no vivo pendiente de si el mundo evoluciona o no en la dirección que me parece más acertada, sino si yo aporto lo que me parece más acertado a ese cambio y hago en mí los cambios que considero mejores.
La motivación real viene de dentro no de lo que nos viene de fuera o de lo que vemos fuera y queremos cambiar, cosas que no son sino reflejo de carencias internas.
Cuando la motivación es externa vivimos pendiente de los resultados, y si estos no se ajustan a lo que esperamos se produce la frustración.
Cuando la motivación viene de dentro, la transformación es el resultado natural de muestra manera coherente de vivir despiertos y de trascender aquello que nos limita.
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