Suelo insistir en que el amor tiene que ver, sobre todo, con la relación armónica que tengamos con nosotros mismos y en cómo eso se emana hacia fuera.
Y es que el amor empieza en nosotros mismos, pero siempre nos trasciende, y se refleja, por ello y de una forma clara, en nuestra forma de relacionarnos con los demás.
Cuando somos incapaces de amar, vivimos atrapados en nuestros conflictos internos, y sentimos un egoísmo que busca cubrir nuestra insatisfacción interior y que demanda permanentemente a los otros.
Por eso es importante sanar los conflictos y heridas del pasado para poder llegar a desbloquear toda esa emanación natural que supone el amor.
Porque el amor, como hemos señalado, siempre empieza en nosotros mismos pero nunca se limita a nosotros mismos, mientras más se abre y expande, mas fuerza tiene.
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