No creo tanto en la discapacidad física como en la mental o emocional, y hay montones de ejemplos de personas que han trascendido valientemente las limitaciones físicas con las que les ha tocado vivir.
Es nuestra mente la que nos dice qué es lo que podemos hacer y qué es lo que no, la que nos suele llenar de limitaciones y bloqueos.
Por desgracia, venimos de una cultura que quería limitarnos como medio de hacernos más sumisos y manejables y que nos llenó de inseguridades y de falta de confianza en nosotros mismos.
Y esto cuando la mayoría de nosotros habremos de acabar afrontando, en mayor o menor medida, una disminución de nuestras capacidades físicas con la edad.
En todo, lo que vuelve a ponerse de manifiesto es que la clave está siempre en una sana confianza en nosotros mismos que nos permita ir superando, de la mejor manera posible, todo aquello que la vida nos traiga y que nos permita, también, seguir creciendo con ello.
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