Hay una triste tendencia a la autodestrucción en la naturaleza humana que es un claro síntoma del conflicto interno y de la profunda sensación de desmerecimiento que arrastra.
Depredamos y destruimos el medio natural en el que vivimos sin darnos cuenta de que nosotros somos parte integrante de ese ecosistema.
Descuidamos y maltratamos nuestro cuerpo tomando cosas que tienden a desequilibrarlo y que le sientan mal. O trabajamos en empleos de los que nos sentimos esclavos y que nos deshumanizan muchas veces..
Hacemos de muchas relaciones auténticos infiernos sin sentido, llenándolas de dramas y de incomprensiones. Desde el intento permanente de la manipulación de otros.
Y ya va siendo hora de que vayamos recobrando la cordura, de que veamos la necesidad de establecer una profunda y amorosa relación con nosotros mismos que nos haga ser capaces de revertir, de una forma definitiva, todo este triste proceso.
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