Considero saludable y una cuestión de higiene mental el disponer de espacios y tiempos para estar a solas con nosotros mismos.
Es un tiempo para ver dónde estamos, para asimilar los cambios que estemos viviendo y, sobre todo, para cultivar la relación con nosotros mismos y mirar nuestro interior.
Nos ayuda, de esta forma, a recuperar nuestro equilibrio interior, a no perdernos en las constantes demandas y distracciones del mundo exterior.
Quienes tienen miedo de la soledad suelen tener un conflicto oculto consigo mismos que les asusta mirar, y es por eso que buscan constantemente esas distracciones externas.
Es importante estar conectados con nosotros mismos para que, cuando estemos con los demás, podamos aportar nuestra fértil presencia.
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